“En este tipo de retos, hay momentos malos, buenos, otra vez malos… Es como la vida”
Iván González alcanza el ecuador de sus mil kilómetros contra la leucemia, con el frío (con hasta menos 8 grados) y el asfalto como principales problemas. “Me motiva concienciar a la gente, para mí fue un palo cuando me detectaron la enfermedad”
Edén, mujer de Iván, le da una sorpresa a su llegada a Valladolid. / TRAILCYL
Iván González abrió el ojo en el fondo de la caravana que le acompaña y por la ventana solo vio un manto blanco… “No había nevado, pero la capa de hielo era brutal”, advierte con los ojos muy abiertos, pese al esfuerzo.
La jornada prometía, la tercera, de un reto que le llevará hasta Marbella, con mil kilómetros desde su Avilés natal y todo para sensibilizar a la sociedad contra la leucemia.
Iván conoce muy bien los efectos de esta enfermedad. “Me la diagnosticaron en 2015, y al principio fue un palo muy duro… Luego me dio por correr… Tampoco me quedaba otra, tenía que mejor mis hábitos de vida. Vida saludable, que dicen”, explica un deportista que a raíz de aquella noticia hoy se ha convertido en el tercer clasificado de la Copa de España de Ultra distancia.
En su reto, con la leucemia como enemiga, pero también a favor de la lucha contra esta de la Fundación Josep Carreras, existe un trasfondo muy especial, como es el homenaje a Pablo Ráez, fallecido este año 2017, y quien luchó hasta su último día por sensibilizar a la sociedad. “Es seguir un poco con su legado”, afirma antes de llegar a Marbella donde se fundirá en un abrazo con el padre de Ráez. “Le ha parecido una idea muy buena, y queremos ayudar en todo lo que podamos”, añade Iván en declaraciones a ingrÁvidos.
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El frío y el asfalto
El asturiano, que cuenta con el apoyo logístico de cuatro personas que corren con él y le graban para un documental posterior, tiene como principales rivales en su empresa al frío y al asfalto. “No estoy acostumbrado a la carretera, y los pies lo están pagando”, afirma antes de admitir que ya ha “reventado” tres pares de zapatillas.
El frío, recién llegado a la Península Ibérica, también se ha cebado con el de Avilés, quien en su tercera etapa entre León y Valladolid llegó a padecer temperaturas de hasta menos ocho grados. “No había nieve, pero pisabas el hielo y no había forma de romperlo”, indica.
De Iván, su técnico, el valenciano Octavio Pérez -quien le acompaña durante el reto de ocho días- asegura que “no tiene límites”. “Puede hacer lo que se proponga, y nunca se queja. Es muy fuerte mentalmente y qué decir de él como deportista… Empezó a correr hace casi tres años y es tercero de España en ultra distancia…”.
Iván sonríe. Ya ha atravesado momentos delicados -como en toda carrera ultra, interrumpe-, pero se lo toma con filosofía. “En este tipo de retos, hay momentos malos, buenos, otra vez malos… Es como la vida”, concluye.
“Hay que sacar beneficio del deporte, y contra la enfermedad es la mejor terapia”