Reforestación en zapatillas el Día de las Montañas
Muchas carreras apuestan por la plantación de árboles como contraposición a un posible impacto en el medio. En 2017, el DIM está dedicado al cambio climático en las cumbres
Picos de Europa. / TRAILCYL
“El cambio climático altera la vegetación de alta montaña en el Pirineo”. “En los Alpes, la costra de suelo congelado se está deshelando”. “Los últimos hielos del Cavall Verd”… Estos y otros titulares han pasado desapercibidos durante muchos años a los ojos del gran público, casi en clara consonancia con esa corriente negacionista en la que se evita a toda costa una verdad incómoda, la del cambio climático.
En 2017, el Día Internacional de las Montañas (DIM), este 11 de diciembre, está dedicado a ‘Montañas bajo presión: clima, hambre, migración’, con especial incidencia en el cambio climático.
Con una línea que huye del ecologismo más radical, y en clara consonancia con el desarrollo sostenible que sostienen en comarcas como el Valle de Valdeón, en los Picos de Europa, Naciones Unidas asegura que casi mil millones de personas viven en zonas montañosas, y más de la mitad de la población del planeta depende de las montañas para abastecerse de agua, alimentos y energía renovable.
Sin embargo, “las montañas están amenazadas por el cambio climático, la degradación de los suelos, la sobreexplotación y los desastres naturales, con consecuencias potencialmente devastadoras y de largo alcance”, defienden desde este organismo supranacional.
Picos de Europa, Guadarrama y Sierra Nevada, escenarios de pruebas sobre el cambio climático
Picos de Europa, durante la Transvadeónica 2017. / TRAILCYL
En esta línea, el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) ha puesto en marcha un proyecto, IVERCAM, de creación y análisis de medidas de adaptación al cambio climático en Picos de Europa, Sierra Nevada y Sierra de Guadarrama.
Con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, en el contexto de la realización de proyectos en materia de adaptación al cambio climático, desarrolla hasta el mes de junio de 2018, el IVERCAM ‘Desarrollo de una metodología para la implementación de infraestructuras verdes como medida de adaptación al cambio climático en Zonas de Montaña de la Península Ibérica’.
Según ha informado el instituto en un comunicado, el principal objetivo de IVERCAM será el de construir una metodología que facilite el diseño e implementación de redes de infraestructura verde en cuencas de montaña, trabajando concretamente en tres áreas de «gran interés» socioeconómico y ambiental: los Parques Nacionales de Picos de Europa, Sierra de Guadarrama y Sierra Nevada.
El hecho de que estas tres áreas de montaña se encuentren en dominios climáticos y biogeográficos muy diferenciados (Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sistema Bético) permitirá explorar el efecto diferencial del cambio climático en cada sistema montañoso y cómo esto influiría en las soluciones adoptadas.
Los resultados más relevantes de este proyecto, con especial atención a la cartografía de infraestructura verde generada, se encontrarán a disposición del público en el portal web http://ivercam.ihcantabria.es.
Reforestación como medida
Fernando González, director de la Transgrancanaria, en la reforestación de la prueba. / TGC
En relación a las carreras por montaña, son muchas organizaciones de estas las que apuestan por la reforestación para “paliar” los efectos de “un posible impacto” en el medio, como defienden desde la Kangas Mountain o el Desafío Somiedo, en Asturias; o la propia Transgrancanaria, en las islas.
En el caso de la carrera de Cangas de Onís, además la reforestación se realizó con especies autóctonas el Día Internacional de los Bosques; mientras que su vecina en Somiedo planea hacerlo “en marzo o abril de 2018”, según explica su director, Juan Fuego.
En el archipiélago canario, un total de cuatrocientos árboles se plantaron en la zona de Firgas. Más de 150 corredores y voluntarios de la Transgrancanaria participaron en una práctica -ya casi tradicional- que sirve repoblar la masa forestal.
Esta iniciativa adquiere más valor, dado el fuego que afectó a parte de la carrera este 2017, y que sirve para demostrar el grado de implicación con su “casa” de la cita canaria, que alberga a casi 3.000 participantes.
En el Bierzo, en la Tebaida Berciana, también sus organizadores son proclives a la reforestación, máxime cuando parte de la cita de Peñalba de Santiago, se quemó la pasada primavera.
Esta medida también es la forma de demostrar la implicación de la prueba y su entorno natural “porque la montaña y la naturaleza es nuestra vida y nuestro medio”, concluyen desde la Tebaida.