Mamás en la cumbre
Las mejores corredoras de montaña afrontan la maternidad y el embarazo como un paréntesis dentro de su vida deportiva. “No hay que tener prisa por volver a competir”
La montaña, sabia por sí misma, las avisó. “Algo no iba bien. Las piernas respondían, la respiración era buena… Pero mi cuerpo me decía que tenía que parar”. La vallisoletana Patricia Muñoz descubrió que compartía vida con su próximo hijo Daniel en una de las ascensiones al Monte San Cristóbal, en el recorrido del Arganza Trail, el pasado mes de abril.
La vallisoletana Patricia Muñoz. / ALFONSO PÉREZ FOTÓGRAFOS
Un entrenamiento por la mítica Zegama-Aizkorri confirmó todas las sospechas. “Aquello fue una odisea. Me costaba todo”, añade una corredora que en su horizonte tenía planificado competir en Zegama, tratar de ganar la Copa de Castilla y León y completar un buen papel en el Campeonato de España.
En el caso de la zamorana María Díez, referente del ‘trailrunning’ en Castilla y León, la buena nueva fue un ‘shock’ en las Navidades del año 2014. “Yo me había hecho mi composición de la temporada… Hasta había pensando ir a la Transalpine (carrera por etapas en los Alpes) con Alma”, desvela María en relación a la posibilidad de haber formado tándem junto a Alma de las Heras, su compañera de la selección de Castilla y León de carreras por montaña y también madre y corredora.
Precisamente, De las Heras, mamá desde 2012 y corredora de élite desde la adolescencia, al igual que sus compañeras, llegó a competir embarazada antes de enterarse que compartía vivencias con la pequeña Micaela, quien hoy la acompaña en decenas de carreras por montaña.
“Estoy embarazada”
María Díez, en una ruta en Truchillas. / TRAILCYL
La noticia del embarazo, como no podía ser de otra manera, alteró la planificación deportiva de las tres corredoras. “Existe una corriente general en la que parece que en el momento de quedarte embarazada, debes de dejar de correr, incluso de dejar de hacer deporte…”, afirma María Díez.
Al contrario de esta creencia popular, las tres, con el beneplácito de sus respectivos médicos, continuaron con su vida deportiva. “Te dicen que utilices el sentido común, no puedes competir, ni llegar a la extenuación… Sería perjudicial, pero sí correr o combinar este deporte con otros menos intensos”, afirma María Díez, en una afirmación que subraya Patricia Muñoz.
“En mi caso, llegue a realizar una carrera con casi cuatro meses, pero fui ‘de paseo’. Luego he combinado largos paseos por el monte con la piscina o la realización de rodillo con la bicicleta en casa“, afirma una deportista que también admite que el pequeño Daniel ha llegado a pesar muy poco, pero que en las últimas semanas con el descenso de actividad ha registrado valores más normales.
Alma de las Heras, durante una ruta en su embarazo. / TRAILCYL
En el caso de De las Heras, la noticia de su embarazo fue casi la excusa perfecta para tomarse “unas largas vacaciones de la competición”. “La verdad es que estaba muy cansada, incluso saturada, y me pilló en ese momento de un poco de hartazgo”, indica Alma. “Quizá mi caso pueda ser distinto al de María o Patricia, porque llevaba ya más tiempo en la montaña, y necesitaba un descanso”, añade la zamorana. “En este deporte, cada año cuesta más. Es muy exigente, y si tienes un niño o niña, también quieres disfrutar de él”.
“Mi recomendación es que no hay que tener prisa por volver a competir. Son momentos únicos y hay que disfrutarlos. Yo no volví a competir hasta los tres meses después de dar a luz”, agrega Alma. “Daba paseos, hacía yoga… Me acuerdo que comencé de nuevo a correr dando la vuelta a mi casa en Parapertú”, sonríe la zamorana.
El regreso a la montaña
En el caso de María Díez, la corredora del Viafarma Zamora Trail apostó por estar activa prácticamente hasta el final para amortiguar el regreso. “Nunca hay que parar de golpe, no creía que eso fuera bueno, ni a nivel físico, ni psicológico. Siempre hice deporte, pero a un nivel inferior al habitual, y controlando el pulso y el impacto”, indica.
“Los paseos y las rutas de montaña siempre estuvieron ahí, y en la última parte del embarazo incluí el yoga y ejercicios en la piscina. Además, durante todo el embarazo fui a pilates y a clases individuales para que el suelo pélvico no sufriera tanto”, subraya la zamorana.
“Salí bastante bien del parto. Mi idea era regresar cuanto antes, pero después de un mes de caminar, salí por primera vez y mi sorpresa fue cuando sentí que se me caía todo el suelo pélvico… No me aguantaba, aunque físicamente me encontraba bien. Así que enseguida empecé de nuevo con el pilates para trabajar mucho esa zona, y lo de correr, pues me lo tomé con bastante más calma de lo que pensaba”, analiza María.
“En la primera carrera a la que fui, una prueba benéfica, la vejiga tampoco me dejó disfrutar. Se vaciaba poco a poco… Estaba claro que todavía tenía que ir más despacio en mi recuperación”, añade, en un mensaje muy similar al de Alma de las Heras.
María Díez, junto al pequeño Lucas. / TRAILCYL
La zamorana, al igual que su compañera y amiga, también apostó por el senderismo, las largas ‘tiradas’ por el monte para ir cogiendo tono físico, eso sí, muchas veces acompañada por su pequeño Lucas. “Después, poco a poco, iba saliendo a correr y competía en pruebas cortas sin pretensión alguna, solo para divertirme”, añade.
“Ahora, quince meses después de haber dado a luz, puedo decir que me encuentro muy bien físicamente y de forma, pero noto que mi cuerpo no está recuperado del todo, o al menos, no es el mismo de antes. En mi caso, sufrió mucho el suelo pélvico, porque fueron muchas horas de parto, y lo he notado”, afirma una corredora, quien aún así, ya ha logrado triunfos de relumbrón, como el conseguido en la prestigiosa Villalfeide-Polvoreda el pasado verano, o el hecho de haberse proclamado subcampeona de Castilla y León de Carreras Verticales.
“Psicológicamente, al principio necesitas recuperar tu espacio, pero tienes tanto apego al niño, que es muy difícil… Todo eso unido a la revolución hormonal que vives, lo hace más difícil”, analiza la deportista zamorana, quien aún así admite que “poco a poco” está recuperando la normalidad, eso sí, con “prioridad” para el pequeño Lucas.
La experiencia de María, de Alma, y de otras tantas mujeres que combinan el deporte de élite con la maternidad le espera a Patricia Muñoz en las próximas semanas, un acicate emocional que condicionará todos los aspectos de su vida, incluido el deportivo. “Tengo claro que quiero seguir compitiendo, pero sin más presión que ir y disfrutar, y por supuesto en la montaña”, defiende la vallisoletana.
“Si voy a Tres Valles, a Biosfera… a dónde sea, será con el único condicionante de disfrutar y tener a mi hijo muy presente”, concluye una deportista que, al igual que sus predecesoras, promete volver “a dar guerra”, eso sí, como mamá a la carrera.
Creo que la foto de María Díaz Manzano corresponde a un paseo que se dio hasta el Lago Truchillas …. poco más y corona el Vizcodillo . Como miembro del CM.Teleno , me gustaría que pudieran corregir ese dato .
Hizo el paseo desde el aparcamiento hasta el lago y luego volvió tranquilamente . A los corredores nos hizo mucha ilusión verla después en las fotos .
Gracias y artículo muy interesante como siempre .